A la sombra de los pórticos - 6° tramo: San Luca
Actualizado el 23 enero 2025 desde Bologna Welcome
El pórtico de San Luca y el Arco del
Meloncello forman parte de un recorrido a través de la historia, la fe y la
vida cotidiana. Un lugar donde cada paso y cada arco cuentan una tradición que
aún perdura, suspendida entre la ciudad y las colinas.
Famoso por ser el pórtico más largo del mundo, con sus 666 arcos ininterrumpidos, el pórtico de San Luca fue construido entre 1674 y 1739. Se extiende a lo largo de unos 4 kilómetros y, partiendo de Porta Saragozza, conecta el centro de Bolonia con la cima del Colle della Guardia, también conocida entre los boloñeses como la colina de San Luca. Su función original era ofrecer a los peregrinos una ruta protegida de la intemperie para llegar al Santuario de San Luca, que se eleva a 300 metros de altura y es visible desde buena parte de la ciudad.
A mitad de camino se encuentra el Arco del
Meloncello, diseñado en 1721 por el arquitecto Carlo Francesco Dotti.
Con sus elegantes curvas, el
arco sostiene el pórtico que se eleva hacia las colinas, creando un punto de
paso espectacular. De hecho, es aquí donde el pórtico abandona la llanura de
via Saragozza y comienza su suave ascenso entre las colinas.
Continuando la subida del pórtico, se llega finalmente al Santuario. Según la leyenda, los 666 arcos de los que se compone representarían la "serpiente" del mal que es derrotada y "aplastada" por la Virgen, simbolizada por la iglesia.
Todos los días, caminantes, corredores y ciclistas suben por este pórtico en
busca de un lugar tranquilo para reflexionar o entrenar. Los fines de semana,
el pórtico cobra vida con familias y personas de todas las edades que lo cruzan
para disfrutar de un paseo hacia el Santuario o las colinas. Con sus juegos de
luz y sombra, y el cálido tono
ocre típico de la arquitectura boloñesa, el pórtico de San Luca y el
Arco del Meloncello se encuentran hoy entre los lugares preferidos de Bolonia.
“A la sombra de los pórticos” es la colección que explora los doce tramos de los pórticos de Bolonia, reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2021. Una colección que, además de ofrecer una visión de la historia y la arquitectura, también cuenta la vida cotidiana de quienes trabajan, transitan y viven bajo esos pórticos todos los días.