A la sombra de los pórticos - 5° tramo: Pavaglione, Banchi y Piazza Maggiore

El pórtico del Pavaglione es un punto de encuentro entre historia, cultura y vida urbana, donde cada paso nos transporta a otra época.

El quinto tramo UNESCO que exploramos en Bolonia es el pórtico del Pavaglione, que bordea la Piazza Maggiore y la Piazza Galvani

El nombre del pórtico del Pavaglione deriva del antiguo término “pabellón”, con el que se designaba el mercado de capullos de seda que, desde el siglo XVI, se celebraba en el mismo lugar. Sin embargo, su aspecto actual no lo adquirió hasta que, entre 1565 y 1568, se construyó la espectacular fachada del Palazzo dei Banchi con el fin de ocultar las callejuelas del mercado y dar a la Piazza Maggiore un aspecto más elegante y armonioso.

De hecho, desde el punto de vista arquitectónico, el pórtico del Pavaglione es un espléndido ejemplo del clasicismo boloñés. Sus amplios y refinados arcos, sostenidos por columnas de piedra, se elevan sobre el suelo de piedra roja de Verona, que al ojo experto revela numerosas conchas fósiles y grandes amonites de forma circular.

A lo largo del siglo XIX, el Pavaglione, con sus 139 metros de longitud que se extienden a lo largo de via dell'Archiginnasio, conectando la Piazza Maggiore con la Piazza Galvani, se convirtió en un elegante pórtico comercial, por el que constantemente transitaban miembros de la alta sociedad y de fuera de ella que frecuentaban sus boutiques de alta costura.

Aún hoy, el pórtico del Pavaglione conduce a algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como el Palazzo dell'Archiginnasio, antigua sede de la Universidad de Bolonia, y el Museo Arqueológico. Este pórtico es un animado punto de encuentro, perfecto para pasear bajo sus amplios arcos, ojear escaparates y pararse a tomar un café, inmerso en el ambiente cultural de la ciudad.

“A la sombra de los pórticos” es la colección que explora los doce tramos de los pórticos de Bolonia, reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2021. Una colección que, además de ofrecer una visión de la historia y la arquitectura, también cuenta la vida cotidiana de quienes trabajan, transitan y viven bajo esos pórticos todos los días.