7 razones para recorrer la Ruta del Sol
Actualizado el 17 junio 2024 desde Bologna Welcome
Acompañándonos en este recorrido... Margherita Rugg, autora italiana aficionada a los viajes y la naturaleza y cofundadora de The Crowded Planet junto al fotógrafo australiano Nicholas Burns.
Estamos en Bolonia y queremos ir en bicicleta. ¿Qué nos recomienda? Cada vez son más las personas que optan por viajar en bicicleta ya que es la forma ideal de evitar las aglomeraciones y explorar destinos insólitos, a la vez que se mantienen activos y disfrutan de la naturaleza. La Ruta del Sol es el destino perfecto para tus próximas vacaciones en bici, ¡descubre las 7 razones por las que deberías recorrerla!
1. Descubrir el territorio de forma slow
Viajar en bicicleta es la forma ideal de descansar del ajetreo de la ciudad, abrazando la lentitud y disfrutando de cada momento. Sólo puedes ir tan rápido como se muevan tus piernas, mientras contemplas cómo se transforma el paisaje a tu alrededor, fijándote hasta en las cosas más pequeñas.
2. Perfecta en cualquier época del año para todo el mundo (¡incluso para las familias!)
La ruta ciclista se puede recorrer durante todo el año. La primavera y el periodo comprendido entre el final del verano y el principio del otoño ofrecen las mejores condiciones meteorológicas y de temperatura, si bien también es posible viajar en verano si se evitan las horas más calurosas del día, o en invierno si te abrigas bien.
Además, el carril es apto para todo el mundo, ya que discurre por una carretera dedicada casi al cien por cien, recorriendo sólo algunos tramos de carreteras secundarias con poco tráfico. No hay colinas y todo está asfaltado excepto algunos tramos cortos, por lo que puede recorrerse fácilmente con niños en un carrito. Si eres principiante o viajas en familia, te recomendamos que termines tu viaje en Osteria Nuova y tomes un tren hasta Bolonia para el tramo final.
3. Una forma ecológica de viajar
A lo largo de la Ciclovía del Sol, te alojarás en viviendas familiares, comerás en restaurantes locales y visitarás lugares y atracciones propiedad de los lugareños. A excepción de Bolonia, este carril atraviesa una parte muy poco conocida de Italia, a la que todavía no han llegado las grandes cadenas turísticas internacionales.
4. Direcciones claras
¿Tienes miedo de perderte? No te preocupes, a lo largo de la Ciclovía del Sol es casi imposible despistarse. La ruta está claramente marcada por el símbolo de la Ciclovía, un sol estilizado de color amarillo brillante, pintado en el asfalto. ¡Sigue el sol y ya estarás en el camino correcto! Al cruzar el carril bici con una carretera, la dirección correcta siempre está indicada por señales con el característico sol amarillo. Confía en nosotros, no te perderás, ¡aunque lo intentes!
5. Un montón de servicios para ciclistas
La mayor parte de la Ruta del Sol se trazó a partir de la antigua línea ferroviaria Verona-Bolonia. Durante el recorrido se pueden encontrar antiguas estaciones, convertidas en puntos de avituallamiento para ciclistas, con fuentes de agua potable y kits de herramientas con bombas para bicicletas, de uso gratuito en caso de reparaciones rápidas. Si vas en bicicleta eléctrica, encontrarás varios puntos para recargar las baterías.
Un buen lugar para descansar es la Locanda del Toro, que ofrece recarga y almacenamiento de bicicletas, así como una excelente cena que a buen seguro disfrutarás después de un día de ciclismo. Si no viajas con tu propia bicicleta, puedes alquilar una en TR Service, con posibilidad de entregarla en Mirandola y recogerla en Bolonia, o en otro sitio de la zona según tus necesidades.
6. Gran variedad de atracciones y experiencias
Los carriles bici son una forma estupenda de descubrir destinos poco frecuentados, pues acercan a los turistas a ciudades y pueblos alejados de las rutas habituales. Los alrededores de Mirandola sufrieron graves daños tras los terremotos de mayo de 2012. Algunas atracciones siguen cerradas: visitarlas es una forma de apoyar a estas comunidades, ¡y puedes estar seguro de que vivirás una auténtica experiencia rodeado de lugareños!
En Crevalcore podrás visitar el museo de marionetas más pequeño del mundo, con títeres y telones de fondo pintados por un titiritero local. En Sala Bolognese hallarás una de las iglesias románicas mejor conservadas de Emilia-Romaña, una auténtica joya del siglo XI.
Y no muy lejos, en Calderara di Reno, podrás visitar el Cippo di Sacerno, un monumento con una lápida romana testimonio de la instauración del Segundo Triunvirato. Si te gusta el arte callejero, te llevarás una grata sorpresa: en Camposanto verás 20 grandes murales, mientras que en San Giovanni in Persiceto encontrarás una obra de Alice Pasquini cerca de la estación de tren, así como la famosa Piazzetta Betlemme, realizada por el escenógrafo de Hollywood Gino Pellegrini.
¡Pero eso no es todo! A lo largo de nuestro itinerario podrás descubrir parte del célebre Motorvalley: de hecho, el Museo y la Fábrica Lamborghini se encuentran a un paso del carril bici.
Si lo que prefieres es la naturaleza, no te pierdas una visita a Bora, un centro de conservación que rescata y rehabilita tortugas de marisma en peligro de extinción.
7. Comida para chuparse los dedos
La comida emiliana no necesita presentación: entre una tabla de embutidos, un buen plato de tagliatelle al ragù o una humeante lasaña, seguro que encontrarás algo a tu gusto. El lugar ideal para probar las especialidades locales es la Trattoria La Piazzetta, rodeada por el mágico entorno de la Piazzetta Betlemme en San Giovanni in Persiceto. Otra excelente parada en el camino es la Granja Caretti, a pocos kilómetros de San Giovanni: en el patio podrás sentarte y disfrutar de carne a la barbacoa o llenar tu mochila de salami, queso y otras delicias locales.
Para un rico almuerzo vegetariano, hay que pasarse por la Azienda Agricola Valle Torretta, cerca de Crevalcore, que ofrece un menú a base de verduras de temporada cultivadas in situ. La granja acoge también las Sementerie Artistiche, un centro cultural dedicado a la organización de representaciones teatrales, talleres y residencias artísticas.
Una parada ineludible de la Ruta del Sol para todos los aficionados al dulce es Carpigiani, el único museo y universidad del helado del mundo. Puedes apuntarte a cursos y talleres de heladería, de un par de horas a un día entero, para descubrir los secretos del mágico mundo de la elaboración del helado.
Al fin y al cabo, ¡necesitas energía para pedalear!
Foto @the_crowded_planet